¿Cuánto durará la crisis económica en México?
Una visión prospectiva para tu estrategia y planeación
6 de Julio del 2020
Si algo buscan los líderes de empresas y de otras instituciones, es saber cuándo terminará la crisis económica en México. Si bien fue desencadenada por el COVID-19, la economía tiene vida propia y la recesión no necesariamente desaparecerá cuando la pandemia sea superada. Se discute si acaso el desempeño de la economía mexicana tendrá la trayectoria de una V, una U o una W, es decir, un “rebote” inmediato, una reacción más lenta o una recuperación con altibajos. También se plantea la posibilidad de que la recuperación tarde un tiempo considerable en llegar, por lo que la economía entraría en depresión y su comportamiento asumirá la forma de una L, dado que la actividad productiva quedaría estancada en un nivel por debajo del que mantenía antes de entrar en crisis
¿Cuál es el escenario hipotético más probable de recuperación económica? Te mostraremos cómo algunas tendencias clave están condicionando la dinámica económica y, por tanto, las posibilidades de recuperación de la actividad productiva de México. Nuestro propósito es que los líderes de las organizaciones cuenten con más elementos de juicio para aprovechar las oportunidades y adaptarse a los retos del futuro inmediato y mediato.
¿Una recuperación económica de la crisis en México con forma de V? Improbable
Una recuperación de la economía con la forma de una V implica que, en el momento en que las personas salgan del confinamiento, las actividades productivas regresarán a su ritmo normal. Sin embargo, esto es muy improbable que suceda ¿Por qué?
- No todas las actividades arrancarán al mismo tiempo; de hecho, en este mismo momento muchas siguen detenidas y algunas ya comenzaron a operar. Tal es el caso de la industria de la construcción y de las varias decenas de actividades ligadas a ella. Lo mismo sucede con las que están vinculados a las cadenas de suministro de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, en particular las actividades que integran las cadenas de valor de las industrias automotriz, aeronáutica y electrónica
- Existen industrias que tardarán mucho más tiempo en recuperar su ritmo. Independientemente de que la emergencia sanitaria haya sido superada en lo fundamental, como es el caso del transporte de personas (aéreo y terrestre), los restaurantes, hoteles y todas aquellas que conllevan concentraciones masivas de personas, como lo es la actividad de los centros comerciales, eventos deportivos, espectáculos, entre otros.
- El paro de actividades está teniendo un impacto muy grande en la mayoría de las empresas y no todas, por desgracia, podrán resistirlo. Algunas cerrarán definitivamente y otras se verán obligadas a reducir su ritmo de operación debido a la carencia de recursos financieros o porque parte significativa de sus ventas depende de otras actividades que siguen operando a un ritmo menor.
- Finalmente, muchos trabajadores perderán sus fuentes de ingreso y ese factor producirá una disminución del consumo de las familias y una baja concomitante en las ventas de muchas empresas pequeñas, medianas y grandes.
Recuperación en forma de U: la economía mexicana se mantendrá deprimida pero reaccionará paulatinamente
Parecería más probable una recuperación en forma de U, es decir, en la que la economía se mantendría deprimida durante un periodo de tiempo más o menos largo (de uno a tres años) y después reaccionaría paulatinamente hacia arriba, hasta encontrar un nivel de expansión parecido al de la etapa previa a la crisis sanitaria.
Una segunda ola de contagios puede frenar el desarrollo productivo una vez más
También puede ocurrir que una eventual recuperación en forma de U se detenga antes de lograr consolidarse, debido a la presencia de ciertas condiciones. Si, por ejemplo, se registra una segunda oleada de contagios por el coronavirus, esto podría forzar a la imposición de un nuevo período de confinamiento, con el consiguiente freno productivo que haría caer por segunda ocasión la economía, generando una trayectoria en forma de W. Algo similar podría suceder si la economía logra arrancar, pero, al poco tiempo, vuelve a perder impulso debido a la persistencia de la escasez de demanda.
Uno de los peores escenarios a los que podemos enfrentarnos: cuatro años o más de estancamiento económico
Otro escenario que parece tanto o más probable que el de la U, es uno en el que el crecimiento de la economía tiene un comportamiento de L por un lapso de tiempo mucho más largo, que podría llegar tener una duración de cuatro años o más. Esto es así, dado que existen indicios de que la posición dominante de Estados Unidos en el mundo continuará deteriorándose a lo largo de la década que comienza.
Como se sabe, el país es por mucho el principal socio de México debido a que los aparatos productivos de ambas naciones están estrechamente vinculados y se integran en cadenas productivas transfronterizas. Para el vecino del Norte esta relación económica bilateral es muy relevante, pero para México no sólo es importante, sino determinante y estratégica, en virtud del grado en el que una enorme porción de su economía depende del desempeño de la economía más poderosa del mundo.
México es el principal socio comercial de EEUU
La entrada en vigor del T-MEC con EEUU y Canadá el próximo 20 de julio de 2020, será un factor dinamizador significativo para la economía mexicana, como también lo será la reconfiguración que las cadenas de suministro mundiales ya están experimentando en detrimento de China y en beneficio de países que, como México, poseen ventajas geoeconómicas únicas. Estas dos condiciones impulsarán la tendencia a la expansión del comercio bilateral entre ambas naciones, cuyo monto de 614 mil 500 millones de dólares en 2019 convirtió a México en el principal socio comercial de EEUU. Sin embargo, están presentes otros factores que representan riesgos de gran calado para el mundo y, en particular, para la región de América del Norte.
2020-2030 una década marcada por la incertidumbre a escala global
Cada día se aprecian con mayor claridad señales ominosas en el escenario económico-financiero a escala global. Dichas señales podrían estar anunciando algo más profundo y duradero que una tradicional crisis cíclica de la economía, tal y como lo ha consignado la propia Kristalina Georgieva, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional, quien, antes de que la pandemia se convirtiera en la amenaza que es ahora, ya había anticipado que la década de 2020 estaría marcada por el recrudecimiento de la incertidumbre.
La crisis económica de oferta y demanda podría acelerar la transición hacia un nuevo sistema monetario internacional de carácter multipolar, además de provocar un período de estancamiento económico de alcance mundial, semejante al que derivó del crack bursátil de 1929. Entre los factores que la incuban están:
- El agotamiento del llamado sistema FIAT de divisas, liderado por un dólar que se debilita en el escenario global debido a la pérdida de poderío y al imparable endeudamiento de la economía estadounidense. Desde hace medio siglo, específicamente a partir de que EEUU declaró la inconvertibilidad del dólar en oro en 1971, la economía capitalista mundial ha venido apoyando su expansión en el endeudamiento y en la emisión de dinero sin respaldo material alguno
- Como resultado de lo anterior, y sobre todo a raíz de la crisis de 2008, la deuda mundial —impulsada en gran medida por Estados Unidos y China— ha crecido tan desenfrenadamente que alcanza ya un monto superior a los 300 billones de dólares, lo que representa más del triple del valor del PIB mundial total de 2019. El endeudamiento que más se ha agudizado es el de los gobiernos, debido a que las tasas de interés han disminuido hasta pasar a ser incluso negativas
- Cada día son más los países que consideran que el sometimiento a la órbita del dólar representa una amenaza a su soberanía y una traba para su adecuado desempeño en la economía global
El debilitamiento de la hegemonía de EEUU se origina en su declive productivo
EEUU no sólo está perdiendo la batalla tecnológica con China, sino que además, la desigualdad social se ha profundizado trágicamente al interior de sus fronteras. A ello se suma el hecho dramático de que el obligado confinamiento sanitario lanzó al paro a 36 millones de trabajadores y colapsó la producción y el comercio internacional de la gran potencia en una forma no vista desde hace por lo menos un siglo. La economía de Estados Unidos se encuentra tan dislocada que, en los últimos 10 años, mientras la producción de ese país aumentó en 7 billones de dólares, su deuda se incrementó en 11 billones de dólares adicionales, colocando la relación deuda total/PIB en un nivel histórico de 2 a 1, y eso antes de la crisis desencadenada por el coronavirus. Es necesario apuntar que el decaimiento productivo no se limita a EEUU, sino que se extiende a las economías de varios países europeos, de América Latina y de Asia—entre ellos Japón—. Pero tal vez lo más preocupante es que también parece haber alcanzado a China, la principal locomotora industrial de la economía mundial durante los últimos 20 años.
Entonces ¿Qué podemos esperar?
En suma, las tendencias de alto impacto en el corto plazo están interactuando con otras tendencias cuyo desarrollo es más lento, aunque igualmente amenazante para la economía de México. De este modo, los escenarios con mayor probabilidad de ocurrir son: aquel caracterizado por un desempeño de la economía nacional en forma de una U con una base muy ancha, y otro en el que las mega tendencias globales trastocan las reglas generales del funcionamiento de la economía, las finanzas y la política, produciendo una ralentización de la economía mundial de la que México no logra escapar.
La estrategia de hoy es mucho más que sobrevivir